Siempre he creído que las palabras tienen un impacto grande en nuestras vidas,
tienen el poder de crear imperios y destruir civilizaciones.
Pueden ser murallas o espadas, cuchillas afiladas para cercenar almas.
Pero hoy no quiero hablar de las palabras,
hoy quiero hablar de los que callan y los que hablan.
De los que aprendieron a cantar en otro idioma,
de quienes entre verso y rima siempre encuentran nueva vida,
de los que en este mundo han subido a la cima, los que aprendieron a gritar en silencio, o los que callan en voz alta.
De los que en el cielo ven sólo un espejo, reflejando almas, en quietud y calma, cada noche pasa y está más vació, cada día que pasa el cielo se vuelve frío.
Quiero hablar de los que sangran con el alma, que por dar amor, les odian y le matan, les matan en silencios rodeados de palabras, de los ecos de esté mundo, los llamaré fantasmas.
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