cordura en locura,
amor de locos,
sufrido por pocos.
Encontré poemas al azar,
sujetos a la brisa pasajera,
rondando los cuatro puntos.
Y ¿Qué más quisiera?
Si no sólo toparme con la nana del manantial,
o el grito enfurecido de las olas,
pelea eterna librada entre las rocas y el mar.
Los latidos de la tierra se libran en el fondo,
pero está se estremece en su piel,
rocíos cubren los afloramientos de su sentir.
¿Quién ha dicho que la tierra está muerta?
La persona que no ha vívido en ella.
Adán T.
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