Fantasmas I

Siempre he creído que las palabras tienen un impacto grande en nuestras vidas,
tienen el poder de crear imperios y destruir civilizaciones.

Pueden ser murallas o espadas, cuchillas afiladas para cercenar almas.
 Pero hoy no quiero hablar de las palabras,
hoy quiero hablar de los que callan y  los que hablan.

De los que aprendieron a cantar en otro idioma,
de quienes entre verso y rima siempre encuentran nueva vida,
de los que en este mundo han subido a la cima, los que aprendieron a gritar en silencio, o los que callan en voz alta.

De los que en el cielo ven sólo un espejo, reflejando almas, en quietud y calma, cada noche pasa y está más vació, cada día que pasa el cielo se vuelve frío.

Quiero hablar de los que sangran con el alma, que por dar amor, les odian y le matan, les matan en silencios rodeados de palabras, de los ecos de esté mundo, los llamaré fantasmas.

Esperanza.

De eso vivimos los soñadores, de la esperanza, nuestra pequeña amiga, lo que nos mueve y nos motiva, es el gigante en piel humilde, lo que llevo el hombre a la luna y lo que me lleva al mañana cada día.

Es un salto al vació y algo más, algo que te hace volar y que no te permite hundirte, es un escudo, no un escondite, aún así y si la esperanza nunca muere, a menudo la enterramos en final precipitado, sin dejarle alcanzar a ver la luz.

Lo más triste es que la esperanza nunca trabaja sola, y por eso morimos de esperanza, de que sirve creer en que llegaremos lejos, si nunca damos un paso, la esperanza nunca trabaja sola, pero siempre la obligamos a morir acompañada, de nuestros sueños, y nuestras oportunidades.

Adán T.

En está vida.

En está vida todo es un flujo,
vivir la vida con fluidez es lo que hago,
como el viento que sacude los arboles,
o el río que corre por la montaña,
todo es un ciclo.

Busco la armonía entre mis silencios y palabras,
entre mis descansos y mis acciones,
busco la armonía entre yo y el mundo.

Miro la luz que alberga oscuridad,
y la oscuridad que aún brilla tenue,
las palabras que marcan vidas,
y los silencios que sellan momentos.

Entre la vida y la muerte encuentro posibilidades,
de los que escuchan y hablan,
de los que enseñan y aprenden,
de los que callan y saben,
de los que huyen y entienden.

Y la vida y la muerte son sólo dos mentiras,
por que el que es recordado nunca muere
y el que nunca se expresó, jamás vivió.

Adán T.

Me gusta.

Me gusta cuando miras al cielo,
y esté te devuelve el gesto,
por que se pierden las estrellas en tus ojos,
y tus ojos en ellas.

Adán T.

Hoy te vi.

Hoy te vi volar por el cielo con tus alas plateadas,

te escuche cantarle a la luna con tu voz de hada,

hoy te vi brillar como llamando al destino,

te vi andar buscando un camino.

Hoy te vi, perdida en el cielo,

buscando al sol que aleja tus miedos,

te escuche entre risas hablar,

de lo que juntamente esperas en la eternidad.

Hoy te vi robar la vida de una estrella,

vagar por los caminos que deja su estela,

te vi encender tu alma,

de un fuego que te arrulla en calma.

Hoy te vi tierna, esperando al futuro,

hoy te vi cerca, estoy seguro.

Adán T.

Carta a una Reina.

Has sido una Reina desde siempre,
nunca has vuelto los ojos, para verte a ti,
pero hoy, aquí y ahora te doy mi palabra,
de que hablare con la verdad.

Los cielos sólo son las fronteras,
que impiden escaparte de está realidad,
pero tus sueños son las alas que bates para volar,
y cada deseo una pluma es, ahora entiendo por que vuelas.

Fuiste la mujer virtuosa que cualquier hombre quisiera,
la joya más bella, la más fina estrella,
brillaste aún en tus noches de oscuridad,
y apartaste de tu familia todo mal.

Tu vida ha sido llena de luchas, tus ojos llorosos no aguantan más,
viviste una vida sin tu corona, pero tu corona siempre estuvo ahí,
sólo que la viste con otros ojos, tu corona siempre ha sido tu integridad,
tus virtudes fueron las joyas que la adornan, y un adorno por cada gota de miel.

No es mucho, pero mucho nunca será mejor que suficiente,
si a día de ayer viviste sola y vacía, hoy tienes hijos que te aman,
cada uno de ellos de diferente manera, y si te es de consuelo,
cada persona nace para pelear una batalla,
y las luchas de día a día son sólo el entrenamiento para está,
te he visto vencer cada entrenamiento, eso habla mucho de ti,
pues nunca te has rendido, el día de hoy tendrás que aprender,
que las batallas se pelean en un campo diferente a las luchas
y que no estás sola, pues estamos contigo.

Tus fuerzas se han ido, pero tu poder sigue donde mismo,
aunque débil, nunca te he visto con miedo, tu recuerdo está siempre conmigo.

Sí desmayas y flaqueas, toma mis fuerzas y te tomaré entré mis brazos,
por que ahora se que te amo, mucho tiempo intenté alejarte de mí,
por que tenía miedo de mí mismo.
Cuando nací, creíste que Dios había enviado un regalo a tu vida,
pero no, cuando nací, simplemente Dios me dio un ángel que me cuidara.

Un ángel llamado Mamá,
sé que no es mucho, pero gracias por ser la Reina que esta familia necesitaba,
por ser el ángel que me cuido, por ser la maestra que me enseño tantas cosas,
por ser tantas cosas, incluso un padre para mí, Te amo.

Los besos de mi alma adornen tu vejez,
y mis palabras brillen en tu oscuridad,
entre el olvido y el recuerdo,
se que si pronto te vas, algún día te alcanzaré en lo eterno.

Adán T.

Del amor.

Hay mucha gente sufriendo por una despedida,

y mucha gente que dice que sufre por el amor,

sufrir por el amor es posible, pero es diferente al sufrimiento que conocemos,

es el pequeño sacrificio rodeado de bendiciones tanto para el que amas

como para el que verdaderamente ama, es dar todo a cambio de nada,

es esperarlo todo aún sin esperar nada,

es esperanza, es templanza.

El amor no es un beso, caricia o demás contacto físico, 

cuando verdaderamente amas, todo eso sale sobrando,

es una gota de miel en el alma,

es salir a la calle e irte volando.

El amor está lleno de verdades, 

y el deseo está lleno de engaños,

aún así, el amor es algo que no se puede explicar,

es algo que tienes que vivir,

nadie te enseña a amar.

Adán T.

Olvido y recuerdo.

Cuando el olvido sale al encuentro de un recuerdo,
y el olvido y el recuerdo se abrazan,
me olvido del recuero y me recuerdo de olvidarte,
y los dos se amaran, hasta que el olvido se acuerde o al recuerdo se le olvide,
pero si me acuerdo de olvidarte y me olvido de acordarme...
¿Hasta donde llegará esté poema?, quizá hasta que dejé de amarte,
y que el sol y la luna se abrasen y las estrellas los miren,
que a donde quiera que vayan estás los guíen,
y que las montañas se escondan y los cielos se aparten,
por que cuando la luna y es sol se abrasen...
¿Quién podrá separarles?

Adán T.

Sólo pensar nunca será suficiente, también hay que actuar.

Adán T.

Cuando

Cuando las hojas caen,
y los arboles se desvisten,
cuando las flores se mudan y los arboles se mueven de invierno.

Y cuando las palabras se van,
y adornan un poco el cielo,
cuando los sueños se irán,
y se convertirán en verbo.

O cuando se quedan las canciones,
y despiertan mi alma,
que la queman de emociones,
casi para alzarla en una llama.

Cuando las horas se paran,
y los minutos entran,
cuando llega el mar,
ya los volverán a llamar.

Los sentimientos algún día se van,
y no para regresar,
sino para olvidar.

Adán T.

De amarte a arte.

Cada vez que pienso en ti,
me inunda un sentimiento,
que se apodera de mí,
para llegar al encuentro,
al encuentro de amor.

Cada vez que pienso en ti,
encuentro un pretexto,
cubierto de amor,
y bañado en los dos.

Cada vez que pienso en ti,
se que no será lo mismo,
ni volverá a suceder,
pero fue algo hermoso llegar a creer.

Creer en que algún día,
venceríamos juntos,
aunque solos los dos,
nos fuimos para encontrar un rompecabezas donde encajar.

Y tu sonrisa se queda para acompañarme,
y mis palabras se van para estar ahí,
donde quiera que vayas, ahí yo estaré
escondido entre las hojas de un olvido que no abre de olvidar.

Y en silencio te querré, tal vez hasta el ayer,
algún día a de pasar, tanto y tanto dolor que quedó,
y quedará sólo el amor que sentimos los dos.

Cada vez que pienso en ti,
me encuentro sumido en mí,
por que no se donde terminas tú y empiezo yo,
a eso yo le llamo amor y amor y arte son dos,
y de amarte mucho pero de amor ya no,
por que así es como soy, que en el amor me encuentro
y en el arte soy.


Adán T.

Sólo me dijo.

Seguí a mi corazón, y me llevo a dónde tenía que ir,
no a donde quería, ni si quiera a donde pensaba,
me llevo a donde más lo necesitaba.

Y es que el me hablaba y nunca lo escuche,
nunca hice caso y me mude de mí,
cada día lo ignoré un poco más,
hasta que me dí cuenta que el tenía algo importante que decir.

Que las personas se visten de muchas cosas,
aveces de sueños, aveces de amores y otras de recuerdos,
durante mucho tiempo me vestí de miedo,
de piedra o de recuerdos, hasta hace poco me vestí de amor
y hoy me visto de yo, por que no hay nada mejor para mí
que vestirme de mí mismo.

Y es que el hombre más feliz es el que se conoce a sí mismo,
y mi corazón me ha enseñado algo útil,
que a donde quiera que vaya y donde quiera que me encuentre,
me seguirá mi pasado y yo seguiré al presente.

Adán T.

Felicidad.

"El hombre más feliz del mundo es el que se conoce a si mismo."

Adán T.

Amor 1

"El amor es la clave, para ti y para mí y para todos, por que mientras más amor tienes más amor contagias y mientras más amor recibes más amor tienes."

Adán T.

Sueños.

Un día de sol, un día de sol me tope con ella, con el amor de mi vida, la que marcaría mis días, pero bueno, eso no importa, ya tendré muchas vidas, una para cada día, pero... ¿Y si ella era para todas mis vidas?
Me preocuparé de eso mañana, cuando la extrañe otra vez, cuando vea el cielo y vea un monumento a nuestros momentos más bellos, cuando la quiera y no le diga a nadie.

Cada quien elige morir a su manera, yo elegí no morir más que de las palabras que alimento,
pero es muy pronto para hablar de cualquier cosa triste, así es que si puedo hablar de algo, será de algo feliz, será del cielo derramado en el cáliz del fuego o del fuego que me arde por dentro, se llaman sueños.

Los sueños mantienen vivos a muchas personas, pero también muertos, hay muchas clases de sueños, soñar con un futuro mejor, eso es bueno, pero si nunca luchas por tus sueños... al final acabarás muerto entre ellos, alimentándote de tu imaginación y viviendo, aunque no viviendo, y para que soñar si nunca vas a luchar para ver tu sueño hecho realidad, esa es la cuestión.

Yo lucho por mi sueño, todos los días y aún así ayudo a los que están a mi alrededor, no por que me vaya a ser regresado algo o por que me sobre, sino por que para mí, ayudar a las personas es algo que me hace feliz, bueno, algo breve que quería compartir, para que nadie pierda sus deseos de luchar por lo que quiere y lo que busca y lo que de verdad le hace feliz, por que el éxito de está vida, está en ser plenamente feliz, claro, esos son mis pensamientos, un saludo.

Adán T.

Para los libros

Alcánzame con tus palabras,
y que me invada el corazón,
para perder aunque sea un poco,
de mí toda la noción.

Abrázame con tus relatos,
 dime que todo va a estar mejor,
que las noches ya no son frías,
 que brillarás como el sol.

Para los libros no soy bueno,
pero para mí ellos si,
me perderé sólo un momento,
y me dejaré existir.

Entre las hojas yo me encuentro,
escondido en cada renglón,
que todo lo que yo lea me llegué justo al corazón.

Todo en el mundo no son libros,
aunque los libros mundos son,
viajero aún sin saberlo,
y de los sueños trovador.

Heraldo de mis pensamientos,
escondidos en éste amor,
que mis mañanas sean letras,
y mis noches de canción.

Adán T.

Mi vida.

Para mí la vida nunca será un juego,
solía serlo, pero ahora mi vida son mis palabras,
y con las palabras yo no juego, ya no.

Para mí la vida es un verso,
un infinito museo,
un misterioso universo,
un paisaje  de sueños.

Para mí, la vida es una obra maestra,
dirigida a un punto final,
y a una segunda puesta en escena,
y aunque aveces vacía,
siempre está llena.

La vida, como los buenos libros o como los malos momentos, hay que llevarla a flor de piel, quemando el alma y rayando al alba.
Sujetarla como vela para navegar en el mar interminable de gente que se acercará a ella, y esconderla de huracanes, para no perderla.

La vida son letras, un conjunto de ellas, de palabras y horas bellas, pero la vida, al igual que las palabras, carece de significado, de valor, la vida no vale nada, al igual que las palabras, nosotros les damos el significado, por eso para mí, la vida vale tanto.

La vida es sólo un libro, las personas son las letras y nosotros la escribimos, por eso en el fondo, todos somos unos artistas, y ¡Qué locura!
que hasta ahora nunca había encontrado vida en lo que escribía, pero cada verso está vivo, cada letra respira, cada rima se llena de alegría, por eso amo está vida.

La vida a día de hoy es un misterio y el futuro es una página aún por concebir, el ayer se ha perdido entre las páginas pasadas, puedo volver a leerlas cuando quiera, pero sería un error volver a escribirlas o a remarcarlas tan si quiera.

La vida es un regalo, y como todos los regalos, debe de apreciarse.

Adán T.

Despedida.

Mi alma te manda besos.
De donde quiera que estés y a donde quiera que vayas.

Un beso para ti y otro para el olvido.

El astro rey te saluda también,
de los cielos te pinta una escena,
de donde salga la luna llena,
y de los sueños se apropien.

Y los colores del viento salen,
y las hojas con el viento hablan,
para que los que de amor caigan,
en la amistad se concilien.

Espero los brazos del sol te calienten
y las aves del campo de canten,
que la lluvia del cielo te ame,
y que el aire por tu nombre te llame.

Que seas muy feliz, en está y la otra vida,
que te encuentres con el que deberías,
que la luna te mime en las noches,
y que el sol en tus días te alumbre.

Espero seas feliz y encuentres el amor para el que fuiste hecha,
yo lo encontré hoy.

Te pongo de nombre arte, sólo para no nombrarte.

Adán T.

Con el paso del tiempo.

Las palabras se me amontonan,
se me vuelven locas,
se me van,
me abandonan.

Los días se me vuelven largos,
y a lo mismo,
los tragos de la vida,
un poco amargos.

Cuando te encontré cambié un poco,
cuando nos miramos,
supe que habría dos estrellas,
que quitarían el sueño de mis noches.

Las palabras se me van un rato,
a pasarla en grande,
viajando entre montañas,
cantando alto.

Los silencios se me vuelven chicos,
se me acortan y se desmontan,
se van y luego remontan,
buscando como blanco a mi corazón.

Con el paso del tiempo, pasará de todo,
menos el tiempo, ese siempre va a estar ahí,
esperando para sorprendernos un poco.

Adán T.

Para siempre.

¿Cuánto dura para siempre?
Aveces nada, otras lo suficiente,
otras veces es sólo una frase suspendida en el tiempo,
esperando a que esté se reanude abruptamente sobre nosotros.

¿Cuánto vale para ti?
Para mí, para siempre será hasta mañana,
pero ya sabes que vivo en el presente,
el día que despierte y sea mañana y no el día de hoy,
entonces dejará de ser para siempre.

¿Me querrás para siempre?
No, y sí, si te amará para siempre
te dejaría de amar algún día,
no vas a ser la misma para siempre,
ni yo tampoco, pero mientras
para siempre duré algo para nosotros
o el tiempo se despida poco a poco,
mientras tanto te voy a querer.

Adán T.

Estrella solitaria.

Una lluvia de estrellas se acercaba,
tierna y presurosa a mi engaño,
de secretos aún más hablaba,
y por los cielos se amaño,

Entre estelas invisibles,
con tonos ansiaba despertarme,
entre nubes divisible,
ha venido a olvidarme,

Te encuentro muda,
luz de astros,
luz de luna,

Te encuentro tierna,
perdida entre versos y susurros,
te encuentro eterna.

Adán T.

Me pierdo.

Me pierdo en la música,
las olas me arrastran y me  traen,
me empujan y me llevan,
la melodía se entrecorta,
se rompen los tonos al chocar con el aire.

Me dejó llevar,
en una canción de paz,
en un poema sin palabras,
navegando en barco pero sin mar.

Y el preludio fue sólo un intervalo,
entre esté amor y el que vendrá,
el final solo fue el inicio,
así acaba hoy, pero hoy no acabará.

Me dejó llevar,
entre las nubes o la mar,
y entre sueños me voy a quedar.

Me pierdo en un poema,
entre pluma y letras,
entre renglones y versos.

Me pierdo entre silencios,
entre palabras no dichas,
entre incómodos momentos.

Me pierdo entre miradas
entre pestañeo y momento,
entre todo y silencio.

Me pierdo en el tiempo,
en el día a día,
quizá partido en segmentos.

Me pierdo en un poema y en un verso,
entre el ahora y lo eterno.

Me pierdo de noche,
de risas, de abrazos,
me pierdo en todo y de todo,
pero en todo me encuentro.


Adán T.

Concierto de vista.

Un concierto de miradas,
un espectáculo en serenidad,
lo mejor de cada uno,
oculto en la brevedad de un susurro.

Tus cuerdas se cierran ante mí,
cortando el aire,
y ya me he de acordar de tu mirar,
espontánea seriedad.

De tus miradas,
que me roban la vida,
que me levantan y me tiran,
que me alegran y avivan.

Floritura de la vista,
cuando se cruzan nuestros ojos,
se ensancha el espacio y se juntan los cielos,
se mantiene el tiempo y se pierde un momento.

Espectadores somos,
de lo que las palabras no pueden decir,
con una mirada sabremos de aclarar.

Y ahí estamos,
mirándonos en silencio,
con nuestros sentimientos en concierto,
con una palabra se arruinaría la armonía,
un suspiro y se acaba la tonada,
solo nosotros entendemos el significado de nuestra mirada.

Con un pestañeo acaba el preludio,
continuaremos después con la segunda mirada.

Adán T.

Te visto de olvido.

Te visto de recuerdo,

con zapatos de olvido,

donde te vea me acuerdo,

por donde vayamos me olvido.

La inspiración te cubre el rostro,

para no perderme en un suspiro,

un suspiro por tu mirada,

de mi terrible olvido.

Te llamo por silencio,

para no recordarte,

te guardo en mis palabras,

las que no digo nunca más,

pero las que guardo en mi corazón.

Tu nombre será poema,

para endulzarme la vida,

y tu apellido moraleja.

Tus ojos son estrellas, 

que se han caído del cielo, 

les ha llovido,

se inundaron en olvido.

Serás de fuego,

para calentar el agua.

O de hielo, para cubrir el cielo,

serás mi nieve, y yo tu invierno,

Yo tu otoño y tu mi anhelo.

Seremos dos juntos,

aunque separados, 

nunca fuimos más que nada, 

pero lo albergamos todo.

Te visto de olvido, 

con zapatos de recuerdo,

donde te veía me olvido,

por donde anduvimos lo recuerdo.

El día que deje de hablar de amor,

será el día que deje de hablar de ti.

No importa estar lejos de ti,

siempre que estés tan cerca de mi corazón.

Adán T.

La belleza de lo simple.

"Las cosas más profundas a menudo se encuentran a la vista de todos."

La belleza de lo simple guarda cosas asombrosas,
y es que la sencillez alberga una complejidad interna,
la sencillez de un movimiento, la simpleza de una mirada,
todo alberga un mundo complejo que no podemos sentir
a menos que lo vivamos, del amor es igual, podremos hablar mucho,
pero el amor es algo tan complejo a la par que simple,
algo que no podemos entender a menos que vivamos el amor,
el amor no se escribe, no se aprende, no se entiende, se vive.

La belleza de lo simple, esconde la grandeza de lo complejo,
Una mirada, un gesto, una palabra, esconde un significado,
recelando un secreto para si mismo.

Adán T.

Entre el campo y el cielo.

Las campanas del amor suenan en lo alto,
su sonido es como el manantial que canta en las mañanas,
los novios caminan ante el vitorear del pueblo, tomados de la mano.

Las palomas vuelan a contar la historia de una boda entre un campo y el cielo,
para amarse allá donde los una la vista y verse donde se esconden las miradas,
el mar aclama con ímpetu desconocido la unión del año, los separados se unen de nuevo,
la única unión que habían conocido era donde la vista se acababa y ambos se unían
no sabías donde acaba uno y comenzaba el otro.

Las bodas se han acabado y ahora están para siempre unidos de las manos,
esperando, que el cielo no se seque y el campo no se vaya, que el sol tome
sus tristezas y las convierta en luz y que la luna acampe para cuidarlos,
que el viento se lleve sus días grises.


Adán.

Mi inspiración.

Mi inspiración si existe,
se llama como tú,
te miras y la miras,
sonríes y ella también.

Pero mi inspiración se fue,
contigo a la par,
regresa de poco en poco,
para dejarme amar.

Y cuando regresa me pierdo en un mar de sentimientos,
en un mundo de pensamientos, es difícil decidir,
pero se que el amor regresará, si hoy se va, mañana volverá,
tal vez no en la misma manera de la que hoy volvió.

Y cuando regreses lo estaré esperando,
tal vez lo encuentre dentro de mi mismo,
entendiendo que nunca lo he perdido,
que aunque te has ido,
el se ha quedado conmigo.

Pero, ¿Si no regresas?
Es la pregunta que me quita el sueño,
solo me queda buscarte,
vagamente entre mis recuerdos,
entre mis olvidos o desvelos,
y no se si te escribo a ti o le escribo al viento.

De los montes a los valles,
del recuerdo al olvido,
me quieres, yo te quiero,
y no lo olvido.

Adán T.

Olvido.

Y cuando me acuerde de ti, será para olvidarte,
como a un secreto que tengo en mente,
no por que no quiera acordarme, sino para guardarte.

Y cuando hable de tu nombre, un beso callará mi boca,
para no nombrarte y dejarte existir en el vació de mis palabras,
para no molestarte y dejarte ser, aunque ya no eres.

Y cuando te sueñe mi almohada te guardará para el día siguiente,
para que de mañana me dejes y de noche regreses.

Cuesta creer que mis palabras te darían tan poco, siendo para mi tanto,
pero ha sido mi culpa, por no mostrarte que te amo.

Pero que te digo, que la piel se me vuelve loca si pienso que estás conmigo,
que siento tu alma al lado mío, que mi corazón late como cantando y tiembla como bailando,
que mis brazos se paralizan al abrazar a la brisa que esconde tu figura,
que no hay otra cosa que ame más que sentirme en tu compañía estando en ausencia.

Se me van las palabras cuando intento mencionarte, se me vuelven nudos en la lengua,
simplemente no salen, por que no sabrán encontrarte, te buscarán y van a regresar,
ya lo han hecho antes, pero en fin, cuando digo que te olvido, nunca hablo de tener que olvidarte.

Hablo de que las circunstancias me han obligado a en silencio recordarte, como un secreto en mi mente y para mí, ni yo debo de saber cuando he de pensarte, y serás el beso que me calle cuando intente nombrarte, y la brisa que me calme cuando quiera abrazarte.

Adán T.

El sueño.

Las mañanas se desbordan por mi pluma,
mi tinta se seca en mis hojas,
aquellas cómplices de tantos sentimientos guardados para ti.

Mis noches de velo y mis días de sueño,
mi ardid de olvido y cenit de fuego,
los logros de mis palabras evaden tus oídos,
pero mis notas sin ritmo están en el aire,
buscándote en el olvido.

Me olvide de acordarme,
de un dulce sentimiento,
que en mi alma llevo.

Me olvide de acordarme,
del amor que te tengo,
y has sufrido tanto,
y más de nuevo.

Me cansé de olvidarme,
de olvidarme del recuerdo mismo de nuestros días felices y noches tristes.

Y mis palabras son locas,
desordenadas mentales,
que por dejarte una nota se llenan de males,
que por dejarte un escrito se escriben finales.

Y mis hojas en blanco se quedan, esperando a que vuelva la inspiración,
la mariposa que aquel día partió, que del sol se oculta
y del sol vuelve a nacer.

Esto es un ciclo nuevo que apenas comienza,
estampado en el cielo, con mis palabras como tinta,
y las estrellas como testigo, que aunque llegué el día
en que las estrellas brillen en el cielo con oscuridad y celo,
tú luz las apartara de en medio y mi luz alejará el miedo.

Aunque la luna se tinte de rojo, la teñiré de nuevo,
de un blanco tan blanco que nos recuerde,
un blanco que entristezca al hielo.

Y con todo esto estás distraída, sin saber que te quiero,
sin saber que espero al mejor momento, para recordarte
que no me olvido, que recuerdo, que de noche lucho
y de noche muero, pero revivo a cada día para empezar la lucha de nuevo.

Y el amor no duele, lo que duele es la ausencia, si de ti, o de mi, o de los dos,
eso no lo se, quizá me falta un poco más de ti y a ti un poco más de mi,
quizá me falta un poco más de los dos, pero ya será el tiempo en el que estemos tan cerca,
aunque tan lejos, que ni la lejanía de nuestros cuerpos podrá cortar la cercanía de nuestros pensamientos.

Adán T.