20 jul 2014

Carta a una Reina.

Has sido una Reina desde siempre,
nunca has vuelto los ojos, para verte a ti,
pero hoy, aquí y ahora te doy mi palabra,
de que hablare con la verdad.

Los cielos sólo son las fronteras,
que impiden escaparte de está realidad,
pero tus sueños son las alas que bates para volar,
y cada deseo una pluma es, ahora entiendo por que vuelas.

Fuiste la mujer virtuosa que cualquier hombre quisiera,
la joya más bella, la más fina estrella,
brillaste aún en tus noches de oscuridad,
y apartaste de tu familia todo mal.

Tu vida ha sido llena de luchas, tus ojos llorosos no aguantan más,
viviste una vida sin tu corona, pero tu corona siempre estuvo ahí,
sólo que la viste con otros ojos, tu corona siempre ha sido tu integridad,
tus virtudes fueron las joyas que la adornan, y un adorno por cada gota de miel.

No es mucho, pero mucho nunca será mejor que suficiente,
si a día de ayer viviste sola y vacía, hoy tienes hijos que te aman,
cada uno de ellos de diferente manera, y si te es de consuelo,
cada persona nace para pelear una batalla,
y las luchas de día a día son sólo el entrenamiento para está,
te he visto vencer cada entrenamiento, eso habla mucho de ti,
pues nunca te has rendido, el día de hoy tendrás que aprender,
que las batallas se pelean en un campo diferente a las luchas
y que no estás sola, pues estamos contigo.

Tus fuerzas se han ido, pero tu poder sigue donde mismo,
aunque débil, nunca te he visto con miedo, tu recuerdo está siempre conmigo.

Sí desmayas y flaqueas, toma mis fuerzas y te tomaré entré mis brazos,
por que ahora se que te amo, mucho tiempo intenté alejarte de mí,
por que tenía miedo de mí mismo.
Cuando nací, creíste que Dios había enviado un regalo a tu vida,
pero no, cuando nací, simplemente Dios me dio un ángel que me cuidara.

Un ángel llamado Mamá,
sé que no es mucho, pero gracias por ser la Reina que esta familia necesitaba,
por ser el ángel que me cuido, por ser la maestra que me enseño tantas cosas,
por ser tantas cosas, incluso un padre para mí, Te amo.

Los besos de mi alma adornen tu vejez,
y mis palabras brillen en tu oscuridad,
entre el olvido y el recuerdo,
se que si pronto te vas, algún día te alcanzaré en lo eterno.

Adán T.

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