Siempre eternos.
Que eso se vuelva realidad,
que las palabras sean el puente entre nuestras almas,
que el silencio sea el eco que grite en nuestra calma.
Que la nubes no sean nubes sino nuestras almohadas,
que la lluvia no sea más lluvia sino tormenta en calma
que el cielo sea el velo de nuestro mañana,
que las montañas se rían y las estrellas brillen.
Que el viento guarde nuestro secreto y los arboles lo entierren en el olvido,
que el mañana no sospeche de lo no cumplido ni el ayer se acuerde
de lo no vivido.
Adán T.
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